El matrimonio tiene algo de ‘long and winding road’, que cantaba Paul McCartney, es decir, de camino largo y sinuoso, con algunas que otras sorpresas, pero también una ruta compartida, un viaje de dos. Hay quien llega más lejos que otros en ese derrotero vital y cada vez resulta más digno de celebración alcanzar ciertas marcas en el calendario del amor.

Siguiendo con los nombres de los aniversarios de boda, hoy hablamos de las bodas de rubí, que premian cuarenta años de casados y son la antesala de otras celebraciones que, con suerte, irán llegando, como las bodas de zafiro o, atención, las bodas de oro. En ese caso, cincuenta años de matrimonio o, lo que es lo mismo, medio siglo de vida en común. Casi nada.

 

Cómo celebrar las bodas de rubí

Que veinte años son nada, qué febril la mirada, cantaba otro artista, Carlos Gardel, en este caso. ¿Y cuarenta? La cifra puede sonar imponente, pero si una pareja se casó con veinticinco años, podrá celebrar sus bodas de rubí con sesenta y cinco. Suena razonable. Las bodas de platino, por ejemplo, son una meta mucho más complicada…

Por lo tanto, es una ocasión idónea para festejar el amor, ya seamos nosotros los protagonistas, los hijos o incluso nietos de los protagonistas. ¿Tus padres celebran las bodas de rubí? No lo pienses más y organiza un evento a la altura de la noticia. En Villa Laureana, tenemos sobrada experiencia en preparar ese tipo de celebraciones familiares. Déjalo todo en nuestras manos y te asegurarás un día de los que no se olvidan y crean ‘family building’, por usar un anglicismo de esos que tanto gustan.

 
cuando se celebran las bodas de rubi

¿Qué regalar en las bodas de rubí?

Una celebración tan importante como la de los cuarenta años de casados requiere un evento que solo deje buen sabor de boca. En lo gastronómico, pero también en lo simbólico, con un regalo que ayuda a conservar en la memoria tan señalada fecha.

¿Y qué obsequios se pueden ofrecer en las bodas de rubí? Se agradecerá un esfuerzo de imaginación, el que se necesita para llegar, realmente, al corazón. Si eres uno de los dos protagonistas de esta fiesta, no hace falta que te gastes grandes sumas de dinero. Una caja de botellas del vino que se bebió en la boda, un viaje a los lugares que visitasteis en vuestra luna de miel… O un álbum de fotos con los momentos más especiales de esas cuatro décadas de vida en común, acompañado de texto sentido e inspirado será todo un acierto.