Los fotógrafos de bodas suelen entregar una media de 20 imágenes de calidad por cada hora del evento.
Súmale las miles de fotos y vídeos que te enviarán tus invitados y es posible que al final de tu enlace tengas un terabyte de momentos felices.
Aunque algunas fotos son dignas de irse a la papelera, has decidido conservarlas y no te juzgamos, pero la pregunta es… ¿dónde?
Ahí está la clave y en Villa Laureana vamos a tratar de darte soluciones de almacenamiento.
¿Quieres archivar tus fotos de boda en un CD o en un DVD?
¿Hace cuánto tiempo que no revisas tus DVD? Puede que ni siquiera tengas un reproductor o que la disquetera de tu ordenador no funcione.
Apostamos a que la mitad de tus discos no se abrirán o te reportarán un error, por tanto no es un lugar seguro. Además, la media de vida de estas unidades es de 10 años.
Si consigues acceder a la información, te recomendamos migrarla a un dispositivo actualizado o que subas su contenido a la nube de la que luego hablaremos.
¿Guardar tus fotos en un pincho?
Otra opción muy práctica que tiene sus desventajas.
Los fotógrafos entregan su trabajo en una unidad de almacenamiento externa como un pendrive USB pero lo malo es que esos cacharritos tienen la manía de perderse…
Los fabricantes de estas memorias flash no concretan su vida útil porque depende del uso pero no tienen fama de robustez.
¿Los descartamos? No, si puedes guardarlos en un lugar protegido es una alternativa válida siempre que la combines con otras.
¿Dejarlas en tu ordenador?
También es práctico aunque con cierto nivel de riesgo.
Son muchos los archivos que se generan en una boda y más si has utilizado CANVA u otro programa para diseñar tu «save the date» e invitaciones.
Tu unidad C: no es el mejor lugar porque en cualquier momento se provocará un fallo de sistema y tu «si quiero» se esfumará siendo muy difícil recuperarlo.
¿Almacenamos en un disco duro externo?
También es válido pero cortoplacista y dependiendo del modelo, tienen una durabilidad inferior a 8 años lo que es insuficiente.
Después de este repaso podríamos concluir que repartir en varias unidades la información parece la decisión más inteligente.
Puedes tener tus fotos en tu ordenador, en un USB y un disco duro externo.
Si haces copias y las repartes; en casa de tus padres, en una caja fuerte y en el trastero de tu casa… evitarás que los amigos de lo ajeno te dejen sin fotos.
Tu álbum nupcial
Casi todos los novios invertís buena parte del presupuesto en el servicio de fotografía.
El álbum nupcial se conserva como un tesoro y más si el lugar te invita a retratarte en cada rincón como ocurre en Villa Laureana.
Sentarte junto a tu familia a revivir tus momentos felices es un placer y el papel tiene un tiempo de vida superior a los 100 años.
Pero por desgracia, el vídeo no puede imprimirse y esta solución se nos queda a medias.
Tus fotos de boda en la nube
Hasta que no se invente algo mejor, lo correcto es subir tu portfolio a la enorme red de servidores remotos conectados entre sí, la llamada “nube”.
Con la interface Drag-and-Drop vuelcas tu información en un instante de manera gratuita y te despreocupas.
Es tan sencillo como arrastrar los archivos y dejar que vayan almacenándose en carpetas nombradas por ti que podrás compartir con amigos y familiares.
Google Drive es la “nube” más usada pero dependiendo de los Gigas que necesites, puedes acceder a otras como ICloud, Dropbox, Box, MediaFire o Mega.
Dada la demanda creciente de estos bancos de información muchas empresas brindan este servicio como complemento a su actividad principal.
Amazon Fotos se sumó hace poco tiempo y si eres Prime te ofrece un almacenamiento seguro sin bajar la resolución ni calidad.
¿Nada es eterno?
Confiamos en que tu amor sí lo sea pero si nos ponemos catastrofistas, todo puede desaparecer en un instante.
Es imposible adivinar lo que ocurrirá dentro de 50 años porque la tecnología avanza de forma acelerada y es impredecible.
Ninguna de esas empresas de las que hemos hablado asegura que mantendrá nuestras memorias «ad eternum» y en un clic pueden volatilizarse sin tiempo para descargar nuestros recuerdos, ni posibilidad de reclamación.
Lo ideal sería hacer caso a nuestros mayores y “no poner todos los huevos en la misma cesta” porque parece una decisión acertada.
En todo caso, ya sea en USB, en papel o en la nube, el mejor disco duro está dentro ti y nada puede borrar el instante feliz en el que comenzaste un nuevo camino.